Un llamado a la Intercesión

 


La compasión es más que simple lástima. Es amor en su fase dinámica, es el amor puesto en acción. Es una vida de participación en las luchas de los demás. En Cristo Jesús nosotros encontramos esa expresión de la intercesión, pues Jesús es la compasión orando. Ver a Cristo en la oración es ver el amor de rodillas.


Aquí encontramos entonces las siete funciones de la intercesión.


1. LLAMADO A SERVIR:

Interceder es servir. Es ponerse a disposición de los demás, tenemos como ejemplo supremo a Jesucristo, de quien nos dice " Y el que de ustedes quiera ser el primero, hágase servidor de todos, porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir a los demás y dar su vida en rescate por muchos" (Mc. 10,44-45).


El espíritu de servicio es la esencia misma de la intercesión. Nadie ora eficazmente por los demás si no tiene el espíritu de siervo de Cristo. La palabra griega para "servir" en Marcos 10,45 es doulos, que significa esclavitud por decisión propia". Significa someterse voluntariamente al ministerio de servir a los demás.


2. UN LLAMADO A LUCHAR:


Interceder es luchar, a primera vista esto parece una desviación de la función de servir. Sin embargo, un espíritu de lucha caracteriza sin duda la intercesión intensa, representada mejor que nadie por Cristo en su experiencia de "lucha" en Getsemaní (Lc. 22,39-44) Como Lucas es médico, vale la pena estudiar la intensidad de su descripción: "Y estando en agonía, oraba mas intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lucas 22,44).


La palabra agonía empleada por San Lucas proviene de la palabra griega agonia . Se refiere a un lugar de torneo o un campo de batalla. sus raíces están en la palabra griega de argon, que describe un lugar de reunión donde los griegos celebraban sus juegos mas importantes. A diferencia de nuestros juegos modernos olímpicos, sin embargo, no era nada raro que los contrincantes lucharan hasta la muerte en un torneo. El ganador era el que salía vivo. Y nosotros ya sabemos quien venció ¡Cristo salió vivo del sepulcro!


No solo este texto refiere esta clase de lucha, en las carta de san Pablo a los romanos, les exhorta diciendo: "Pero les ruego hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayuden orando por mí a Dios" (Rom. 15,30) la palabra "ayuden orando" viene del griego sunagonizomai, donde la raíz agonía aparece otra vez, y que tiene la misma connotación de una lucha en la oración, pero aquí no es solo, sino de una comunidad que suplica.


Es como si San Pablo les dijera: "Mientras ustedes oran, libran una batalla contra las fuerzas que pudieran limitar mi eficiencia en la difusión del evangelio", Cuando intercedemos estamos librando una batalla en su favor. Y lo más interesante es que a veces la victoria que ganamos en oración en favor de los demás en realidad se vuelve a nosotros como una bendición!


3. UN LLAMADO A IDENTIFICARSE:

Interceder es identificarse. A menudo un intercesor consagrado descubre que el participar con los demás afecta las normas de la vida. Este ejemplo lo tenemos en san Pablo: "Siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judíos para ganar a los judíos...Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a alguno (1 Cor 19, 20 -22).


Tanto el espíritu de servicio como el espíritu de lucha están vinculados con el espíritu de identificación. Servir es someterse a otros y ayudarlos. Luchar en favor de los demás es entrar en guerra, desviando los ataques del enemigo (Satanás y sus secuaces). Semejante ministerio sin duda requiere un espíritu de identificación con los necesitados así como la disposición de adaptar el estilo de vida de uno si es necesario, a fin de ayudar a satisfacer esas necesidades.


4. UN LLAMADO A COMPARTIR:

Interceder es compartir, es poner lo que uno tiene disposición de los demás. Al enviar a sus discípulos, Cristo les impartió una serie de órdenes que resumen los fundamentos del ministerio de ellos. Uno de los deberes de la lista total incluía: "De gracia lo recibisteis, dad de gracia" (Mt 10,8).


Es lamentable que todavía muchos de nosotros que somos llamados a un servicio sublime tengamos que aprender todavía el secreto de dar sin reservas. Dan, pero no con una generosidad sin restricciones.


En el fondo de la intercesión significativa esta la disposición de dar. Y a menudo esa disposición no nace de un ambiente de prosperidad, sino de condiciones de pobreza. Al describir las iglesias de Macedonia, San Pablo dice: "Al ser tan probadas y perseguidas, su gozo y su extrema pobreza se han convertido en riquezas de generosidad, Según sus medios y, lo puedo decir, por encima de sus medios, quisieron participar en la ayuda a los santos" (2Cor 8,2-3).


5. UN LLAMADO A GOBERNAR:

Interceder es gobernar, es mandar con autoridad, veamos detenidamente el texto de Jeremías, este es un "intercesor profético" Dios le dijo: "Mira que te he puesto sobre naciones y reinos, para desarraigar y derribar, para destruir y para arruinar, para edificar y para plantar" (Jer.1,10) aquí podemos perfilar la función del intercesor eficaz.


Desarraigar (arrancar): es ir al mismísimo origen del problema, a la raíz, esto significa que las raíces son la escondida fuente abastecedora de una planta. Cuando se trata de la decadencia moral, las raíces se refieren a las fuerzas invisibles de maldad que alimentan dicha decadencia.


Por eso a Jeremías se le dio la tarea de arrancar, mediante la intercesión las "raíces de decadencia" que corrompían su nación.


Actualmente, podemos recordar el gran cambio que se suscitó en Filipinas ya que después de un largo periodo de dictadura y opresión, la población recurrió a la oración confiada y a la acción, logrando arrancar el principio de la corrupción, logrando la expulsión de Ferdinando e Imelda Marcos.


Destruir: significa quitar de una posición fija. El hecho mismo de que estamos "destruyendo" algo sugiere que estamos quitando un objeto que se ha elevado y está establecido en esa alta posición. El caso antes mencionado y otros que han acontecido en estos últimos años nos lo muestran.


Arruinar: En este caso tiene la connotación de "someter o derrotar a alguien o algo por completo" Al intercesor se le confía un poder imponente, en especial la capacidad de erradicar las influencias de Satanás "por completo".


Derribar: A Jeremías se le ordena que "derribe" lo que Satanás entroniza. Derribar significa "desechar o extirpar algo rápidamente y con gran fuerza.


Edificar: quiere decir "dar forma a algo conforme a un plan o proceso definido", o establecer y fortalecer; nuestro trabajo no solo consiste en quitar sino también establecer.


Plantar: significa " poner algo en un lugar donde tenga la oportunidad de crecer". La intercesión que planta tiene que ver con hacer, con poner en ejecución las respuestas a nuestras propias oraciones.


6. UN LLAMADO A LLORAR:

Interceder es llorar, es el quebrantamiento delante de Dios, recordemos el texto "Al ir sembrando iban llorando echando la semilla, al volver vienen cantando cargando las gavillas" (Sal. 126, 5-6)


Las lagrimas que derramamos ante la presencia de Dios son de gran importancia, es mas la misma Biblia nos describe que nuestras lagrimas "Dios las guarda en un frasco o redoma" (Sal. 56 (55),9).


Las lagrimas son agua para las semillas espirituales que sembramos, asegurándonos así una abundante cosecha, es más que una simple ornamentación emocional, ¡nuestras lagrimas se convierten en oración liquida!


7. UN LLAMADO A MORIR:

Interceder es morir, es la muerte al yo. San Pablo al escribirles a los creyentes de Roma les dijo: "Así también ustedes considérense como muertos para el pecado, pero vivan para Dios en Cristo Jesús" (Rom. 6,11).


Esto significa que debemos morir a nuestros propios egoísmos, para que nuestra oración sea sin ningún interés particular sino la gloria de Dios.


Dios te bendiga querido intercesor.-

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